
En la pesca, una de las cosas más importantes, por detrás de los momentos vividos, es su recuerdo. Hay muchas formas de recordar esa gran captura que tanto nos costó conseguir, o ese día de actividad inolvidable pero, sin duda, ninguna es más universal que una fotografía. Sin embargo, ¿sabemos en realidad cómo inmortalizar correctamente nuestras capturas, minimizando el daño que sufren?
En las siguientes líneas, vamos a tratar de vislumbrar algunos aspectos importantes a la hora de mejorar nuestros recuerdos de pesca, fijándonos en cómo podemos obtener mejores fotografías, y a su vez, tratando de minimizar el daño que sufren nuestras capturas, para que una buena foto no deba significar la muerte de nuestro adversario.
- Elegir una “herramienta” adecuada para inmortalizar nuestras capturas
Lo primero es pensar con qué vamos a sacar nuestras fotografías. Hoy en día existe una oferta tecnológica inmensa, dentro de la que podríamos destacar: móviles, cámaras de acción y cámaras de fotografía. Los móviles y cámaras de acción (llámense Go-pro o similares) poseen como principal ventaja su tamaño compacto y fácil transporte, sin embargo, ofrecen desventajas. Con las Go-pro, una mayor limitación para hacer fotografías con baja luminosidad (carencia de flash) o enfoques precisos. Por su parte, con los móviles última generación que hay disponibles en el mercado, estos problemas se ven solventados. Pero, los móviles verán su mayor limitación en el caso de que pesquemos en solitario, y tengamos que hacernos autofotos. Por ello, en mi humilde opinión, nada como una cámara de toda la vida para este cometido. Existen infinidad de modelos compactos, preparados para usarse cerca del agua, que nos permitirán combinarlos con un trípode y poder hacernos autofotos sin demasiados problemas.
En resumen: hay varias opciones, solamente debes escoger la que mejor se adapte a tus necesidades (no es lo mismo que vayas a pescar siempre en compañía, o en solitario).

- ¿Qué hacer cuando el pez ha salido del agua?
Quizás suene a tópico, pero es de vital importancia lo que hacemos una vez el pez ha salido del agua. Siempre que sea posible, hay que minimizar el tiempo que este se encuentre fuera del agua. Si disponemos de algún charco, introducirlo de inmediato en el agua. En caso contrario, mantenerlo en nuestras manos fuera del alcance de las rocas o superficies que puedan originar laceraciones en el pez, y por tanto comprometer su supervivencia.
- El sol, el mayor hándicap
Seguramente la variable más importante, y que más puede condicionar una fotografía. Cuando empecé en la pesca, y empecé a hacerme las primeras fotografías con peces, muchas de ellas salían mal: oscuras, deslumbradas… Me costó un tiempo dar con la clave, hasta que un buen amigo mío me hizo ver la luz, nunca mejor dicho. Cuando vamos a hacer una fotografía, lo primero que debemos hacer es percatarnos de dónde está localizado el sol. A continuación, debemos intentar siempre que éste se disponga de espalda a la cámara. ¿Qué ocurre si no tenemos en cuenta esto? Corremos el riesgo de que hagamos una foto apuntando hacia el sol, y que nosotros o el pez salgamos oscuros. Si supiesen ustedes la cantidad de capturas en mi juventud de las que no tengo una buena instantánea por no sacar la foto de espalda al sol… Por tanto, antes de hacer la foto, siempre lo primero será ver dónde está el sol, y colocarse de espaldas a éste.

- Elegir el encuadre
Una vez nos hemos percatado de la posición del sol, y lo hemos dejado a nuestra espalda, toca elegir el encuadre, “qué queremos que acompañe a nuestra captura en la fotografía”. El encuadre nos va a ayudar muchas veces a mejorar nuestra fotografía, y es que no es lo mismo sacar una foto teniendo de fondo una mochila abierta, con la bolsa del bocata en todo el fondo, a que nuestra captura vaya acompañada con el horizonte o el mar en todo su esplendor. También este punto resulta muy importante, si nos encontramos en un pesquero que no queremos se evidencie en nuestra fotografía (si la vamos a compartir por redes). Para ello, elegir hacia dónde vamos a disparar nuestra cámara, antes de hacerlo, nos ahorrará luego dolores de cabeza a la hora de ocultar el lugar, haciendo que nuestra instantánea se vea mucho peor que si tan solo nos hubiésemos preocupado de elegir bien el encuadre para no comprometer el pesquero.
Todo este proceso, será más complicado si estamos pescando en solitario, ya que no tendremos a nadie que sujete la cámara, enfoque y haga la fotografía. Sin embargo, esta es una labor que, a base de entrenamiento, se puede realizar sin problema alguno. Para este cometido serán muy útiles las opciones de “cuenta atrás” o “ráfaga” que poseen la mayoría de las cámaras compactas que hay hoy en día en el mercado. El procedimiento será el mismo, con la diferencia de tener que elegir una superficie donde depositar nuestra cámara, para que ésta haga la foto, elegir el encuadre de la foto y seleccionar alguna de las opciones previamente descritas, y colocarnos frente a la cámara. Las primeras veces puede resultar algo tedioso, sin embargo, una vez lo hayamos interiorizado, nos saldrá cada vez mejor.
- Cómo sujetar al pez
Seguramente, uno de los aspectos más importantes, tanto por la vistosidad de la fotografía, como por la salud de nuestro adversario. Debemos hacer especial énfasis en cómo sujetamos al pez y es que existen algunas prácticas muy arraigadas entre los pescadores, que debemos tratar de evitar si nuestra prioridad es mejorar la tasa de supervivencia de nuestras capturas:
- Debemos sujetar al pez siempre de una forma firme, tratando de evitar que éste se nos resbale y caiga al suelo (lo cual puede ser fatal). Debemos tener en cuenta que el pez, cuando vayamos a hacernos una foto, ejercerá la fuerza tanto con la cola, como con la cabeza. Por tanto, deberemos colocar nuestras manos de tal forma que podamos controlar en la medida de lo posible las sacudidas de nuestro adversario, tratando de evitar a toda costa que se nos caiga al suelo y pueda resultar malherido. Para ello, nada mejor que sujetarlo con una mano firme en torno a su aleta caudal, y otra en torno al pecho (de esta forma podremos controlar la mayoría de sus sacudidas).
- Debemos evitar sujetar al pez en la zona blanda que hay por debajo de las aletas ventrales y por arriba del ano. Esta zona es muy delicada, ya que se encuentra bastante desprotegida. Imaginemos esta zona como nuestro abdomen: no hay huesos que protejan la zona de golpes, únicamente musculatura. Si agarramos al pez por aquí (sobre todo si se trata de un animal grande y pesado) corremos el riesgo de dañar sus órganos internos. Para evitarlo, la mejor opción es siempre sujetarlo en torno a las aletas ventrales, o entre el ano y la cola (ya que esta zona se encuentra protegida por hueso y evitaremos así provocar algún daño a nuestro contrincante).
- Debemos hacer un uso responsable de los boca-grips. Estos utensilios, resultan de lo más útiles para manipular al pez de una forma segura. Sin embargo, hay una tendencia muy asentada de utilizarlos para “mejorar” las fotografías, adelantando el pez hacia la cámara para hacerlo aparentar “más grande”, o torsionando su mandíbula, para que salga en la foto con la boca abierta. Imaginemos que nos ponen en la mandíbula inferior una tenaza, y esta es torsionada hacia nuestro abdomen para hacer que abramos nuestra boca de una forma exagerada, ¿verdad que suena doloroso? Pues con los peces pasa lo mismo, pudiendo ocasionarles daños en las articulaciones de la mandíbula. Por tanto, si queremos usar grips, hagámoslo de una forma responsable y natural para el pez: siempre en línea recta, como si fuese una extensión de la cabeza del pez. De esa forma, evitaremos ocasionar daños a nuestros rivales.
- Por último, no tengamos miedo de quitarle el señuelo al pez antes de la foto. Si el pez viniese enganchado por una zona que comprometa su supervivencia (cerca de las agallas, ojos, etc) o en alguna zona que pueda ser peligrosa para nosotros a la hora de posar en la foto (que en un movimiento del animal pudiésemos engancharnos un anzuelo) siempre la mejor opción será liberar al pez antes de la foto.

En resumen
Las fotografías son una de las mejores formas de albergar nuestros recuerdos de pesca, y teniendo en cuenta unos pocos factores, podemos conseguir mejorarlas sustancialmente. Sin embargo, nunca perdamos de vista que una buena foto, no debe ir de la mano de comprometer la salud o supervivencia de nuestro adversario. Con un poquito de esfuerzo, podremos conseguir mejores fotos y que los peces tengan más opciones de supervivencia.