Mucha gente cree que la pesca es un deporte, de hecho, hay federaciones desde las que se promociona la competición, como si este mundo no fuera ya suficientemente competitivo.

Yo no creo que la pesca sea un deporte, la pesca es muchas cosas pero, para mí, no un deporte. Para mí, insisto, para mí es principalmente una pasión y, como todas las pasiones, aporta a mi vida una cantidad importante de cosas que creo son necesarias y que, si bien se pueden conseguir de otras formas, yo las consigo pescando. Porque, seamos claros, lo que yo consigo en una tarde o una mañana de pesca, mucha gente lo consigue a base de tomar productos para mantenerse despiertos, para mantener la tensión, otros toman pastillas para dormir, comen sin medida por culpa de la ansiedad, los hay incluso que se autolesionan y también, cómo no, los que simplemente se desahogan insultando al resto de ciudadanos mientras conducen. La gente va loca por esas calles y carreteras con unos niveles de ansiedad y estrés que no son sanos ni positivos. La pesca no tiene efectos secundarios. Habrá quien me diga “¡matáis peces por deporte!”  Que no… a ver, que no, que no es un deporte, y lo de matar peces ya está pasado de moda, ahora, lo que se lleva es el Captura y Suelta, sí, porque el pescador moderno, quizá seas tú, estimado lector, no pesca por deporte ni por competición y muchísimo menos por conseguir alimento como he leído a más de uno. ¡Madre de Dios! Al precio que está el pescado… dónde vas a conseguir alimento. ¡Con lo que cuesta un equipo de pesca medio, comes pescado durante meses! No, el pescador moderno va al rio, al pantano, a la mar a centrar su vida, a realizar una ocupación sencilla, básica, en un entorno que llena de paz en el que encajas, del que puedes sentirte parte. Los pescadores sentimos la necesidad básica que muchos otras personas han olvidado, de formar parte del planeta. Porque éste no es nuestro planeta, no somos los amos de la creación, no somos los dueños y señores de nada, porque el más rico será el más tonto del cementerio pero a las personas nos hace felices formar parte. Y mientras muchos se esfuerzan en formar parte de empresas, clubs, grupos sociales…., los hay que, incluso, necesitan esforzarse por formar parte de su familia. Otros simplemente nos sentimos parte de todo, pescando.

La pesca nos da espíritu, hay quien lo busca en la oscuridad de una iglesia, quien en el fondo de una cuenta corriente y quien lo encuentra en los parajes de un rio de alta montaña o a orillas de la mar.

Para estos últimos nace Entre Cañas, porque pescar une, porque nos une como personas y también nos une con el planeta, porque nos hace formar parte, por eso, les doy la bienvenida a mi familia de pescadores, a Entre Cañas, a vuestra casa, donde compartir, conservar, aprender y vivir la pesca. Al igual que los antiguos Samurais y Señores japoneses que inventaron el Eging, los pescadores somos ante todo, damas y caballeros. Deseo que esto se refleje siempre en todas y cada una de las páginas de esta, tu, nuestra revista.

Francisco Fernández, director de Entre Cañas