Esta vez quiero hablaros sobre el carpfishing en aguas reducidas, ríos estrechos con mucha vegetación, donde el espacio para pescar, la mayoría de las veces es bastante justo e incluso puede resultar incómodo pescar, pero, a pesar de ello, los resultados pueden ser increíbles.
Normalmente antes de ir a la acción de pesca, me gusta dedicarle tiempo y estar dos o tres fines de semana previos observando los posibles escenarios. Primero, suelo elegir un tramo de río, o varios, que me gusten y considere que pueden ser buenos “puestos de pesca”. Para esa elección me baso, principalmente, en la estación del año en la que nos encontremos y en el movimiento que pueda haber.

Una vez elegidos los tramos hago mucha observación y me fijo, lo primero y principalmente, en el tipo y la cantidad de vegetación que tengo sumergida. Eso ya nos puede dar mucha información acerca del sitio para pescar.
Además de eso, presto mucha atención a qué vivac cabe en el lugar y así, cómo nombrábamos anteriormente, dependiendo de la estación del año considerar el escenario para un momento u otro y saber qué necesitamos para pescar con total confianza.
Una vez elegidos y observados los posibles sitios de pesca, preparo un equipamiento un poco intermedio ya que no suelo pescar más de 3 noches, y si lo hiciera no pescaría el mismo tramo seguido, por lo que tengo en cuenta el equipo a la hora de ir cambiando de puestos.
Siempre llevo cañas de 10 pies y de 3LB o más, carretes con freno potente, aunque considero que no hacen falta grandes bobinas y un hilo resistente, en mi caso un 0,60 de fluorocarbono.
Normalmente, por lo que observo, donde hay peces grandes es porque hay cangrejo, por lo que cebos como la chufa pueden ser el mejor aliado para el pescador en estas ocasiones, aunque también existen protectores para boilis que nos sirven de gran ayuda para evitar que nuestros enemigos nos estropeen la postura, y para qué engañarnos, funcionan bastante bien.

Por otro lado, algo fundamental en estos escenarios es la barca. Para mí es una de las cosas que no puede faltar en una sesión de río salvaje ya que, de ella y de lo rápido que te subas cuando suene la alarma, depende el éxito o fracaso de las picadas.
Otra de las cosas que me gusta hacer es, con un palo, ir tocando el fondo del río y saber qué tipo de fondo predomina en cada tramo para saber dónde estamos pescando, tener esta información nos ayuda a saber qué podemos y tenemos que hacer como, por ejemplo, qué tipo de montaje realizar, qué cebo o plomos poner, etc.
En cuanto al vivac, me gusta llevar cosas cómodas y de montaje rápido, cuanto antes se monte, antes nos ponemos manos a la obra con las líneas para pescar.
Siempre llevo un sleep system, de montaje rápido y 3 ò 5 estaciones, dependiendo del clima; un biwy amplio ya que, en mi caso, la mayoría de las veces somos dos, aunque en alguna ocasión, en verano o momentos de calor duermo solo con el sleep system; y, dependiendo de la estación del año, la estufa puede ser una gran amiga.

Estos tramos son bastante sombríos y eso tiene sus ventajas y desventajas, en verano se agradece estar a la sombra de los árboles, o días de viento al resguardo de la vegetación, pero en invierno son zonas frías, donde el sol pega entre las ramas de los árboles y donde hay mucha humedad.
Por eso, es importante llevar un buen vivac de calidad, incluso, como comentaba antes, una estufa de gas pues, según donde estés, la temperatura máxima puede llegar a ser de 5 grados durante el día.
Sin duda, es una experiencia. Un momento en el que poder vivir tu espacio de tranquilidad y desconectar de la rutina.
Escuchando solamente el ruido de la naturaleza y, obviamente, disfrutando y haciendo lo que más nos gusta con el objetivo de sentir de nuevo la adrenalina al escuchar la alarma sonar y ver los resultados de nuestro trabajo.
Dani Cuevas y Marta Feliu