Parece que hace nada que empezamos a lanzar nuestros primeros jigs a esas zonas profundas en busca de algo que la mayoría de las veces no acabábamos de adivinar hasta que lo teníamos a la vista rompiendo la superficie del mar. Cargados de jig bucktails muchas veces fabricados por nosotros mismos y los pocos jigs de casting que se conseguían por nuestra zona lanzábamos ilusiones a ese mar profundo a la espera de la ansiada picada.

Sin saberlo, o sin saber el nombre de lo que estábamos haciendo, iban llegando las picadas a nuestros equipos de spinning pesado, no sabíamos nada de light jigging, de shore slow o de cómo demonios se quiera llamar la nueva técnica que saldrá dentro de un mes importada de Oriente… lo importante era sacar peces y divertirse. 

Ya ha llovido un poco desde entonces y ahora sabemos que “aquello” era Jigcasting o Shore Jigging.

Para no enrollarme mucho más con tiempos pasados y no por eso mejores vamos al grano de lo que nos importa.

¿Qué es el Jigcasting?

Básicamente, puede ser una mezcla entre el spinning y el jigging donde se toman características de ambas, el jigging se realiza en zonas de calado y suele ser un trabajo vertical usando para ello jigs de plomo o tungsteno, este último más pesado que el plomo.

El spinning se realiza en zonas de más o menos calado y suele ser un trabajo más horizontal. Si a nuestra caña de spìnning en zonas de bastante profundidad le colocamos un jig lo lanzamos y lo dejamos caer hasta que llegue al fondo ya tenemos la mezcla perfecta para el jigcasting. 

¿Cómo movemos los jigs para obtener resultados? 

La técnica más usada suele ser la recogida en dientes de sierra, esto es lanzar, dejar profundizar hasta tocar fondo y recoger con tirones cortos acompañados de recogida de la línea con el carrete. Es importante mantener la puntera de la caña alta para conseguir que el jig suba y baje con control por nuestra parte pues algunas picadas se suelen dar justo cuando el jig está bajando, necesitamos tener control pleno de lo que está haciendo nuestro jig allá abajo.

Hoy en día, con los nuevos diseños de los jigs, podemos imprimir muchos movimientos. Desde recogida lineal con breves paradas hasta recogidas a tirones con la caña totalmente horizontal con respecto al suelo. Hay pescadores que imprimen más o menos velocidad a sus recogidas dependiendo de la especie que estén pescando, no es lo mismo buscar dentones cerca del fondo que tirar nuestro jig a las serviolas que están comiendo a media agua y son peces que, normalmente, necesitan que nuestro jig se mueva a bastante velocidad.

¿Qué equipos necesito?

Hay ciertas recomendaciones a tener en cuenta. La primera es para mí la más importante: la caña debe ser capaz de mover pesos de hasta 80 grs en zonas de bastante profundidad sin doblarse demasiado. Esto quiere decir, que si tenemos una caña “blanda” cada tirón que demos será amortiguado por la caña y el movimiento del jig en la profundidad no se corresponderá al tirón que hemos imprimido a nuestra caña, por lo que es recomendable cañas algo rígidas y que mantengan la compostura sin llegar a ser “palos”.

Sé que hay gente que discrepa con esto pero hasta el momento es el tipo de caña que mejor me ha ido. Una vez dicho esto podemos comentar cuál sería el equipo ideal para “mover hierros desde costa”.

Caña: Una caña de 2,70 a 3,00 metros para señuelos de 50-80 grs o 50-100 grs es perfecta para tirar nuestros jigs desde acantilados, espigones o zonas portuarias donde esté permitida la pesca. Los materiales deben ser de calidad, tanto el blank como las anillas y el talón largo para hacer buena palanca en el lance y apoyarla en la barriga si el combate es duro.

Carrete: Aquí sí que hay que tirar de calidad contrastada y de marcas reconocidas, carretes desde tamaño 6000 a 8000 con buena capacidad de hilo pues a lo lejos que lanzamos hay que añadirle la profundidad a la que bajará nuestro jig y la posible carrera de un pez nada más caer el jig, pomos de combate y manivela roscada directamente para prevenir holguras. En cuanto a la velocidad del carrete estará bien 5.6:1 pues no necesitamos un carrete rapidísimo a no ser que este carrete lo estemos usando también para spinning pesado.

Como digo, no hay que ahorrar en este tipo de carretes, he visto ejes doblados y holguras por todos sitios hasta hacer de esta pesca una actividad desagradable por culpa de un carrete de mala calidad. Tener en cuenta que con los tirones el eje principal de la bobina sufre mucho y cada vuelta de manivela produce mucha carga al mecanismo del carrete, todo eso multiplicado por las veces que hemos de lanzar y recoger nuestros jigs.

Trenzados y bajos de línea: Vuelvo a incidir en la calidad de los materiales, el jigcasting es un trabajo duro, por lo tanto, los materiales deben ser buenos. Un trenzado de 8 hebras de 20-25 lbs es suficiente, ataremos un bajo de línea de flurocarbono de no menos de 0,40 mm, tengamos en cuenta que muchos peces tienen dientes y algunos corren hasta el fondo intentando deshacerse del señuelo rozándose con las rocas, por lo que el bajo de línea debe tener una buena resistencia a la abrasión.

La unión de ambas líneas, trenzado y bajo debe hacerse con un buen nudo realizado a la perfección, y esto “cada maestrillo tiene su librillo” así que haced el que más confianza os dé. 

En cuanto a cómo unir el señuelo a la línea… hay quien usa grapas, yo uso la combinación de anilla abierta, anilla cerrada muy usada en jigging y que jamás me ha dado problemas. Eso sí, debes llevar unos alicates para cambiar el jig pero… ¡entre tantos chismes que llevamos qué más da uno más!

Jigs y colores: Ya que nos liamos vamos a liarnos de verdad… hay infinidad de jigs para jigcasting en el mercado. Si dejamos de lado la pesca con micro jigs y el slow jigging aún nos queda un abanico demasiado amplio para entender el funcionamiento de todas las formas que nos puede ofrecer un simple trozo de plomo pintado. Hay jigs que bajan lento, otros que tienen la caída como si de una hoja caída de un árbol se tratara, otros bajan como misiles en busca del fondo… en fin una y mil formas de presentarle al pez nuestro engaño. Pero no hay que calentarse la cabeza, jigs de 40 a 60 grs son perfectamente versátiles para este tipo de pesca, un assist hook en la cabeza (anzuelo simple) y un triple en la cola, aunque algunas veces si hay posibilidad de enganche en el fondo(que casi siempre hay) es mejor retirar el triple.

Los colores deberíamos adecuarlos al pez pasto de nuestra zona, pero el rosa y el azul son muy efectivos igual que el blanco pero eso ya depende de cada uno. Podríamos estar hablando de colores media vida y no nos pondríamos de acuerdo.

Hasta aquí esta pequeña aportación fruto de muchos años de pesca, espero que os sirva de algo, los peces ya tenéis que ponerlos vosotros 

Gines Conesa