Aquellos que amamos la pesca del bass asociamos ésta a escenarios muy concretos. Ya sea a pie o desde una embarcación equipada para ello, los lugares donde perseguimos a estos “diablos verdes” suelen estar asociados a grandes ríos de cursos lentos o, en la mayoría de las ocasiones, a cualquiera de los múltiples embalses o lagos que se encuentran a lo largo de nuestra geografía.

Pero, existen otros escenarios mucho menos atractivos para los “bassadictos”, no por la poca productividad sino por la dureza que presentan para el pescador. Hablamos de acequias y pequeños canales en los que, si sabemos cómo enfrentarnos a las condiciones que nos ofrecen, podremos realizar capturas realmente buenas.

Lugares inaccesibles que debemos explorar

Si antes hablábamos de la abundancia de embalses o ríos con buenas poblaciones de basses en sus aguas, no menos abundantes serán las redes de acequias y canales de conexión con ríos más importantes o destinadas a abastecer de agua los cultivos que podemos encontrar en nuestra provincia.

Pero, que exista una buena red de acequias donde toparnos con un buen ejemplar de black bass dispuesto a tomar nuestro señuelo, no quiere decir que sean fáciles de encontrar, ni mucho menos, acceder a sus orillas.

Existen herramientas para poder explorar estas pequeñas masas de agua como Google Earth pero, la realidad, es que se trata de cursos de agua cuyas orillas se encuentran invadidas, en su mayor parte, de cañas, juncos y otro tipo de vegetación y será muy difícil, aunque no imposible, posar nuestros señuelos en el agua.

Adaptando el equipo

Partiendo de la base de que esta pesca se practicará desde orilla, deberemos hacer varios ajustes en nuestro equipo para afrontar una jornada de pesca con garantías a estos escenarios tan difíciles.

Empezaremos por la caña. Esta deberá ser bastante más larga que la que acostumbramos a utilizar en lugares como embalses. Si lo normal es utilizar cañas que oscilen entre el 1,8 y los 2,10 metros, en los canales y acequias que vamos a tratar de conquistar, nos harán falta cañas que vayan desde los 2,40 a los 2,70 metros, incluso, no sería descabellado utilizar cañas que lleguen hasta los 3 metros.

El motivo de esta extensión, que a más de uno seguro que le parece desproporcionado, tiene que ver con un hecho que hemos mencionado párrafos atrás: la alta densidad de vegetación, la cual nos obligará a intentar pescar “por encima de ella”. Así pues, esos centímetros de más nos ayudarán a salvar esta peliaguda cuestión.

El carrete, ya sea de casting o de spinning deberá ser robusto puesto que la pelea con un bass de talla, en caso de que logremos engañarle, será corta pero muy intensa y, por ello, también será indispensable acertar en la elección del sedal. Particularmente, en estos escenarios me decanto por utilizar un buen trenzado ya que me va a permitir contar con una buena resistencia que permita este tipo de peleas con un grosor más reducido. En realidad, no será necesario hacer, por regla general, lances muy largos lo que, unido a la abundancia de obstáculos, hará que este tipo de sedales resulten idóneos para lo que queremos hacer.

Señuelos: territorio vinilo

En cuanto a los señuelos más idóneos para afrontar una jornada de pesca en este tipo de lugares serán, sin dudarlo, determinados señuelos de vinilo.

Ya hemos comentado que las orillas serán en la mayoría de los casos demasiado tupidas y de difícil acceso por lo que deberemos utilizar señuelos que nos permitan trabajar a poca distancia de nuestra caña y ofrezcan una acción que despierte el apetito de los peces.

Por ese motivo, señuelos como spinner baits, crankbaits, poppers o señuelos de vinilo tipo shad, no serán aconsejables en este tipo de lugares. Por tanto, una buena selección de señuelos para acudir a estas acequias o canales de tupidas orillas podría ser el siguiente:

  • Lombrices y grubs de vinilo: con su característica cola en forma de hoz, la cual creará vibraciones que atraerán a los peces, será uno de los señuelos que no podrán faltar en nuestra caja ya que nos permitirán trabajar tanto con una recogida lineal como en acción de subida y bajada y, además, muchas veces simplemente con la caída obtendremos picadas.
  • Senkos: indispensables para la pesca a la caída. El movimiento que ejercen estos míticos señuelos sin plomar será un buen reclamo para cualquier bass apostado en estas orillas tan difíciles a la espera de que caiga cualquier ser vivo del que alimentarse.
  • Cangrejos de vinilo: al igual que los anteriores, los cangrejos de vinilo nos permitirán obtener buenos resultados en distintas situaciones. Podemos emplearlos solos o como trailers de otro señuelo que nos permitirá cubrir mucha agua de manera rápida como con los jigs.

Esta selección de señuelos, a excepción de senkos y jigs, será conveniente que sean montados con sistemas específicos anti enganches como el estilo Texas ya que nos permitirá explorar bajo el agua minimizando el riesgo de trabar los señuelos en los obstáculos del fondo como ramas o rocas.

Otro sistema que nos puede venir muy bien, sobre todo si utilizamos señuelos más pequeños, será el drop shot. Con este sistema podremos tantear los recovecos que encontremos para tratar de arrancar los ataques de los bases que se encuentren apostados cerca.

Las coberturas: dónde lanzar nuestros señuelos

En orillas tan tupidas como las que hemos descrito, las coberturas naturales serán múltiples ya que prácticamente cualquier hueco donde podamos meter nuestro señuelo será un lugar propicio para lograr una buena picada. Tan solo se trata de probar y probar en cada lugar que nos llame la atención.

Pero en nuestra exploración por estos canales y acequias podemos toparnos con otro tipo de estructuras artificiales como:

  • Puentes: en muchos puntos del recorrido de estos cursos de agua existen pequeños puentes por donde se accede a lugares como cultivos o, simplemente, cruzan un camino o carretera rural. Bajo ellos, es más que probable que los bases se encuentren apostados a la espera de sus próximas presas.
  • Compuertas: a menudo, estas acequias cuentan con exclusas o pequeñas compuertas para regular el flujo de agua de las mismas. Cuando éstas bajan, se produce un embalsamiento de agua en una de las partes que puede ser utilizada por los depredadores y, del mismo modo, la parte baja, donde se forman pequeñas cascadas, serán lugares que no podemos dejar pasar por alto a la hora de tentar a los bases.
  • Intersecciones de dos acequias: muchas pequeñas acequias se unen a otras mayores en un momento dado de su curso. Estas uniones son verdaderos puntos calientes que ya se suelen concentrar un gran número de peces pasto como alburnos, madrillas o pequeñas carpas lo que, sin duda, atraerá a los bases de buen tamaño.
  • Alcantarillas o tubos de conexión: Por increíble que parezca, una acequia que pase por debajo de una carretera gracias a alcantarillas o tubos ofrecerá verdaderos puntos calientes, sobre todo en los meses más cálidos y en las horas centrales del día ya que, allí, los depredadores encontrarán un buen lugar para apostarse.
  • Desagües: en la zona de levante, donde abundan los arrozales, dichos cultivos desaguan el exceso de agua a través de pequeñas trampillas que, al ser retiradas para que caiga el agua a las acequias, provocan pequeñas cascadas. Si trabajamos estas pequeñas caídas de agua con nuestros señuelos comprobaremos que, en la mayoría de los casos, los basses se encontrarán bajo ellas dispuestos a atacar nuestros cebos.

Y esto es todo.

Aunque parezcan a primera vista lugares donde nadie en su sano juicio lanzaría un señuelo a la espera de que un pez le pique, os aseguro que son lugares que os pueden dar muy buenos resultados.

Parte del encanto de nuestra pesca es el de explorar lugares en busca de paraísos donde poder realizar jornadas de ensueño así que, simplemente, os invito a que os aventuréis y exploréis este tipo de masas de agua.

¡Buena pesca!

Carlos Montero Rocher.