Es curioso ver cómo reacciona la gente, encerrados en un confinamiento sin precedentes, exasperados por la falta de libertades, toques de queda que te obligan a llegar a casa a las diez o a las once de la noche, la mascarilla todo el día, miedo al contagio, cifras de muertos a diario en televisión, el paro, los ERTES, la crisis económica. Y entre toda esa horrible situación de miedo, de presión y depresión social, la gente está reaccionando mal, en algún caso muy mal, pero en general bastante mal, está habiendo problemas para contener la ira y mantener las formas… Y entonces uno, como pescador, mira a su alrededor y en el mundo de la pesca… ¿Qué ocurre?

El bueno de @JoanSpinnink haciendo vídeos mostrando nuevos canales de youtubers, y apoyando a otros pescadores noveles. Otros, quizá no tan buenos, dejando a un lado la inquina y hablando bien del tan envidiado @LuredFishing  ¿Saben cuántas críticas tuvimos de nuestro primer número? ¡DOS! ¿En serio? Sí. Las tiendas de pesca están abriendo nuevos establecimientos, contratando personal, los pescadores han perdido la temporada del calamar, la de los dorados o llampugas fue desastrosa, pero sale un sierra o un listado, la adrenalina regresa al torrente sanguíneo y el alma se apacigua. ¡Es cierto! La pesca es un bálsamo para el alma. 

Entre tanta rabia, a veces contenida a veces no, los pescadores vamos por la vida con otro talante. Compramos, vendemos, disfrutamos de una actividad al aire libre lejos de los espacios cerrados y los virus. Entre tanta frustración los pescadores están dando una auténtica lección de comportamiento al resto de la sociedad y eso hay que resaltarlo como mérito. No es correcto ver la pesca recreativa como una amenaza o un daño a la naturaleza, puede que sea aceptable que exista una sombra moral, pero la moral es un invento humano, no es algo natural y cada uno tiene la suya.  En cualquier caso, los pescadores están, estamos, mostrando un talante que ya le gustaría a muchos. Ahora es el momento en el que, además de ser, hay que parecer. Por eso en Entre Cañas hemos decidido empezar a mostrar un nuevo tipo de pescadores, alejándonos de esas pescas abarrotadas donde se compite por todo, alejándonos del “el mío fue más grande” o del “yo saqué una lubina de 30 kilos… “ 

No, no queremos competir, no queremos ser los mejores, no. Queremos aportar cosas positivas, cosas buenas, buenas noticias, otras formas de hacer las cosas, participación, colaboración y no competición.  Por eso ante la crítica de que la revista era muy pequeña la hemos hecho más grande y ante la de que teníamos mucha publicidad, hemos puesto más contenido. Este segundo número afianza nuestro camino, añadimos nuevos y prestigiosos colaboradores, nuevas, diferentes y, sobre todo, enriquecedoras voces al mundo de la prensa especializada en ese intento de aportar, de crecer, de ayudar, de colaborar y de poner ese granito de arena para que este mundo sea mejor y así podamos sobrellevar esta vida tan complicada con un sector en crecimiento, pero sobre todo, con el espíritu lleno de buenos momentos junto al mar o junto al rio, porque los pescadores estamos hechos de agua y el agua se amolda a todo a la perfección. 

Be water my friend!

Francisco Fernández