Años atrás eran un grupo de señuelos casi desconocidos pero actualmente pocos pescadores no han oído hablar de ellos o tienen algunos en sus cajas. No son los más conocidos ni los más fáciles de “dar vida” pero su efectividad es tal que el que los prueba, repite.
Y es que como digo, son señuelos que tienen una cierta dificultad a la hora de moverlos pues requieren de cierta técnica por parte del pescador. Para mí ése es ya de por sí, un punto fuerte para querer probar un señuelo. Lo fácil cansa y esta maravillosa afición es una escuela para los más avezados. Lo difícil y entonces ignorado por muchos pescadores debería ser enriquecedor. Como ocurre con muchos otros señuelos y técnicas, adoptamos lo que vemos en aguas como Japón, donde los pescadores de señuelo artificial tienen una técnica única. Y lo aplicamos a nuestras aguas esperando buenos resultados. Y en muchas ocasiones damos con la tecla y encontramos un señuelo infalible. Esto ocurre con los paseantes hundidos.

WTD bajo el agua. ¿Solo eso?
A diferencia de los paseantes flotantes con los que vemos en todo momento el señuelo y cómo evoluciona cuando imprimimos los movimientos de muñeca y caña, en los modelos hundidos no ocurre pues a no ser que estemos lanzando muy cerca nuestro y con poca agua y limpia, como es obvio no vamos a ver cómo se mueve. Eso es una dificultad importante para ciertos pescadores pues sus hermanos flotantes tienen solo un movimiento de zig zag y los hundidos no solo van a desplegar un walking bajo la superficie si no otros movimientos distintos que el pescador debe conocer y saber aprovechar pescando “a ciegas”. Dependiendo del modelo podremos sacarle estos movimientos:
- Walking the dog
- Movimiento en S y/o wobbling en lineal
- Rolling en caída
- Jerking
Todo lo que implique juego de muñeca ya tiene un punto complicado para el pescador que esté acostumbrado a señuelos de simples recogidas lineales y más si el señuelo no está en su rango visual. El WTD puede variar según el modelo, pues unos lo tendrán más marcado que otros y aquellos de formas más estilizadas es muy probable que si le imprimimos enérgicos tirones (jerks) lo hagamos nadar de lado a lado (jerking) de manera brusca pero atractiva enseñando sus flancos, algo del agrado de muchos depredadores. Aunque no lo parezca las recogidas lineales también son efectivas, algo que desconocen muchos spinners. Unos modelos tendrán tendencia a moverse realizando una S abierta, algo similar a lo que haría un swimbait, y otros tendrán un marcado wobbling, coleteo, muy logrado para no ser un minnow.
El movimiento que más me gusta y al que le podemos sacar un gran partido es el rolling durante la caída. Es básico que un paseante de este tipo tenga un marcado rolling mientras se hunde pues ese movimiento gusta mucho al depredador y estaremos pescando desde que el señuelo toca el agua. Eso sí, siempre atento a la línea que mantendremos en tensión para no fallar la picada. Este rolling tan marcado solo está al alcance de los mejores paseantes y no deberíamos pensarlo a la hora de invertir en su adquisición. Ese grado de dificultad en su utilización lo podemos superar con entreno.
Nada mejor que probarlos a conciencia en alguna zona somera y limpia, ya sea en el mar o en agua dulce, en una tabla de un río cristalino o un recodo tranquilo en el pantano. La cuestión es probar y probar, hasta sacarle todos los movimientos posibles y cogerle el truco al señuelo y que luego cuando lo lancemos y le demos movimiento sepamos que bajo el agua, hace lo que nosotros queremos y bien hecho.
La importancia del color
Se dice que el color en los señuelos flotantes no tiene importancia, ya sean paseantes, poppers o pencils, pues el depredador ataca de abajo a arriba y la luz solar le impide distinguirlos. Una afirmación con una base normalmente sólida. Pero los paseantes hundidos trabajan a la profundidad que deseemos y ahí el color sí tiene algo más de importancia.
Si vamos a pescar haciendo walking o lineal no hace falta calentarse mucho la cabeza pues seguiremos la teoría de aguas limpias y días claros tonos naturales y aguas tomadas y días oscuros colores más llamativos y blancos. Pero sin obsesionarse pues todos funcionan en muchos momentos ya que los peces no ven los colores como nosotros y muchas veces hay que dar más importancia al contraste del color en el agua y a cualquier detalle en la coloración del señuelo como puntos, rayas y los colores realistas.
Pero cuando queramos aprovechar el rolling, ahí sí que algo que funciona especialmente en días luminosos son los holográficos en los flancos del paseante. Colores blancos, plateados o dorados con mucho holográfico, ya sea en forma de aguas o en pequeñas escamas, ya que emitirá muchos destellos cuando incidan los rayos solares y UV y lo hará muy visible mientras se hunde lo que generará más picadas.
Para qué especies utilizarlo
El uso de esta familia de señuelos es más habitual en el mar, donde el abanico de especies a tentar es enorme. Desde el gran y poderoso atún rojo hasta la vaquita serrana del roquedo.
Para todo hay un modelo específico, desde grandes y pesados paseantes de quince centímetros hasta modelos de rockfishing de apenas cinco centímetros y muy pocos gramos. Sumaremos a esa lista de posibles depredadores a lubinas, sargos, obladas, palometas, anjovas, bonitos, llampugas, palometones, bacoretas… Algunas especies son más habituales cuando movemos los señuelos en un tranquilo walking (caso de la lubina o el sargo) y otras gustan de enérgicos jerks (como por ejemplo la anjova o el palometón). Cuando pescamos en pajareras aprovecharemos el rolling en caída para hacer sucumbir una tras otra y sin remedio a jurelas, palometas y caballas.
Todo es probar pues en la pesca no siempre hay una norma exacta. En agua dulce el black-bass y el lucio son especies que entrarán sin pensárselo. Estamos acostumbrados a ver cómo pescan en aguas extranjeras grandes lucios en lagos con enromes paseantes hundidos. Aplicado en nuestras aguas da grandes resultados si nos quitamos el miedo a lanzar grandes paseantes. El lucio tiene boca para eso y más y si no que le pregunten a los fanáticos de los swimbaits. Otra especie es la trucha, una depredadora implacable que atacará sin piedad un paseante hundido que movamos a jerks o a WTD por sus dominios.
El equipo adecuado

La elección del equipo correcto para mover este tipo de señuelos es importante para poder transmitir el juego de muñeca o los jerks al señuelo de la manera correcta y que nade perfecto. Debe estar compensado y el conjunto lo suficientemente ligero para que los movimientos a realizar los podamos hacer fácil y de manera armoniosa si es necesario y no se convierta en una tortura, dejándonos la muñeca dolorida o el brazo destrozado. Ligereza de conjunto, eso buscamos.
Hoy día tenemos en el mercado cañas fabricadas con componentes que aportan gran resistencia con un peso en gramos muy escaso. Y con los carretes buscaremos acompañar a nuestro palo uno fabricado en magnesio, por ejemplo, que reduce su peso de manera sustancial. A partir de ahí hay dos cosas fundamentales a tener en cuenta.
La longitud de la caña no debe ser excesiva, cuanto más corta mejor, para tener un mejor control del señuelo y poder realizar los movimientos con más comodidad. Las cañas de más de 2,50 metros de longitud las dejaremos para otras técnicas. Escogeremos siempre modelos más cortos. Y tiene que haber un equilibrio entre la acción de la vara o la potencia final del conjunto con el señuelo que estamos moviendo si no queremos que sea insufrible darle vida a un paseante hundido de gran talla o sacar del agua en cuatro toques a un minúsculo paseante. Para entendernos, no pretendamos mover un señuelo para el atún con un equipo de lubina o un micro paseante hundido de rockfishing con un palo potente para la anjova…
Si todo lo hacemos bien y controlamos el movimiento de estos señuelos, tendremos al final de la línea uno de esos señuelos de gran eficacia que marcan diferencias en muchos momentos. ¡El camino hasta llegar a controlarlo todo es también muy gratificante!
Toni Martínez Cardenete