Mequinenza y el siluro

Conozcamos más del lugar del que tantos pescadores han escuchado hablar por su variedad de especies… Mequinenza. Mequinenza es una de las mecas de la pesca, un lugar que todos los años atrae tanto a pescadores nacionales como Internacionales. Entre tanta diversidad de fauna me centraré en el Siluro. Este pez gigante, gordo, biscoso y con bigotes que llegó para quedarse y poner en el mapa de la pesca tanto el río Ebro como sus afluentes Segre y Cinca que bañan la «costa” del pueblo de Mequinenza.

Localización: 

Situada a 135 km de Zaragoza  encontramos las confluencias de los ríos Segre y Ebro, también los pantanos de Mequinenza y Ribaroja lugares que hacen de la población y sus espacios de pesca, como el paseo, la presa del Ebro o las mines, un referente europeo en este deporte.
Conozcamos un poco su historia y poco a poco iremos descubriendo tanto de sus hábitos como de su pesca, acompáñenme en este viaje de conocimiento sobre tan maravilloso animal, el Siluro.

Historia:
Lo que se tiene documentado es que el entonces joven alemán Roland Lorkowsky, pescador e ictiólogo, cruzó los Pirineos con 32 alevines de Siluro procedentes del río Danubio, declarados como cebo vivo para la pesca del lucio. Hasta aquí todo bien, pero por mala suerte, casualidad del destino o mera intención de liberarlos, el caso es que terminaron por establecerse en la desembocadura del Segre al paso por Mequinee relativamente reciente, el de Mequinenza que fue construido en 1964.


En 1995 se completó la introducción por parte de otra suelta de unos 200 pequeños siluros procedentes del río Po de manos de Oliver Portrat (pescador de renombre internacional por sus estudios en el campo de la pesca y documentales).

Dicho esto, quisiera aportar a título personal sobre mis conversaciones informales con el nombrado anteriormente Olivier Portat cuando se pasa por la tienda de artículos de pesca donde trabajo, y es que no se puede dictaminar con exactitud fechas, número de alevines, número de introducciones ni tampoco el desarrollo límite de esta especie en esta zona. A la especie en cuestión todo le es favorable, clima, agua, comida y muchas zonas donde habitar. No solo eso sino que las introducciones dadas de siluros provenientes de Alemania e Italia obligan al cruce de los mismos y así a enriquecer el historial genénitico de sus «crias» para que sean más resistentes a las condiciones adversas y garantizar un mejor desarrollo de la especie con límites incalculables.


El siluro:
De cuerpo alargado, ojos diminutos, cabeza plana a desproporción con el cuerpo y largos bigotes junto con una boca descomunal en los ejemplares más grandes, es uno de los peces conocidos más antiguos. Este pez, conocido como “El gran depredador” no es nada más que un gran omnívoro que prefiere la oscuridad de la noche y se alimenta de lo que le es más fácil dependiendo de dónde se encuentre, ya sea emboscando peces pasto escondindo en sus rincones o a la espera de detectar algún estímulo que le relacione con comer ya sean peces o animales muertos o vivos.

Su gran aliado son los largos barbillones, bigotes o antenas que le sirven para localizar el movimiento de sus presas por las vibraciones en el agua, de aquí que este pez sienta atracción por las vibraciones y chapoteos. Es muy hábil detectando sabores y olores a través de sus órganos nasales situados entre los ojos.


Con la estabilización de las temperaturas entra en freza o período reproductivo entre abril y mayo, o antes, depende de los grados del agua. Antes y durante este período, que va por fases, podremos ver la faceta más agresiva que nos dará unos momentos de pesca explosivos.

Su pesca:
Este pez se puede pescar con infinidad de técnicas. Todas son respetables y apasionantes, pero vamos a centrarnos en pesca a lance, una de las disciplinas que más me gusta y la que me dio el récord personal de 2,54m desde kayak.


Los cebos artificiales son muy variados y todo depende del lugar. Las ondulantes para presentaciones cerca de coberturas en su caída lenta mortal o rastrear cada agujero con un jighead o un gran «texas» extra fuerte montado a un vinilo de buenas dimensiones pero no hay una regla escrita para el tamaño. Un factor importante es el peso del artificial dependiendo de si hay corriente, si queremos rastrear el fondo o planear nuestro engaño frente a él cuando pescamos a pez visto, una de las pescas que más disparan la adrenalina.


Los encontraremos en árboles hundidos, bajo mantos de algas, en los huecos en la maleza del margen tanto en saltos de agua como en pilares de puentes apostados esperando algo que echarse al buche. En estos sitios tendremos que luchar casi cuerpo a cuerpo y al límite de nuestro equipo.


Una caña fuerte sobre 200g con trenzado 0.40mm junto con un bajo antiabrasivo y carrete con mucho freno nos ayudará en las complicaciones del “combate”. También aclarar que el tamaño del equipo varía si pescamos de orilla o desde el agua. ¡Espero que “la info” les sea de ayuda, buena pesca!

Oriol Castelló