Recuerdo cuando allá por finales de “los 90”, al ir a las tiendas de pesca, apenas se encontraban algunos señuelos para pescar en el mar. Todos de tipo minnow o bien “plumitas”, siempre enfocados a la pesca al curricán. El término spinning todavía no había irrumpido, aunque algunos intentáramos practicar esa técnica con nula información. Tocaba apañarse con lo que había.
A día de hoy, el “problema” (bendito problema) es justo lo contrario. La variedad de formas, tamaños, colores, pesos y acciones en los señuelos, es tal, que cuesta más que nunca elegir con qué muestras invertir nuestro tiempo de pesca.
En este artículo vamos a desgranar algunos tipos de señuelos básicos, empezando por los más fáciles de trabajar para poder ir aumentando el abanico de tipos de artificiales a utilizar.
- Minnows
Definir los minnows (también llamados jerks) es relativamente fácil. Para diferenciarlos, tenemos que fijarnos en que tengan, lo que llamamos “babero”. Es un apéndice, normalmente de algún tipo de policarbonato, justo en la parte inferior de la cabeza del señuelo.
Este tipo de señuelos es el que encontraba en mis inicios al spinning, aunque los vendieran para curricán, porque se mueven solos en el momento que se les aplica tracción. Con solo recoger el señuelo, él ya trabaja. Ocurre por simple hidrodinámica. Al pasar agua por su “babero”, éste hace que el señuelo se contonee de lado a lado.
Los más típicos y fáciles de encontrar son los flotantes, aunque también los hay hundidos e incluso suspendidos (estos últimos cuando no los recogemos, se quedan en la capa de agua, sin subir hacia la superficie ni hundirse). Los movimientos pueden ser prácticamente los mismos, tengan la densidad que tengan, con la diferencia de que los hundidos, generalmente, nos aportarán mayor distancia de lance y la posibilidad de dejarlos hundir para comenzar la recogida desde la profundidad deseada.
Como decía, con solo recogerlos ejercen una acción potencial de pesca. Pero podemos combinar esa acción intrínseca del señuelo con tirones de puntera y cambios de ritmo en la recogida del señuelo para hacerlo más atractivo a los depredadores. Pues una natación irregular puede hacer creer, al pez que buscamos, que su presa (nuestro señuelo) está en problemas por lo que será fácil de atrapar.
No hay reglas escritas respecto al movimiento que le debemos dar, puede variar en base al pez o incluso al entorno donde lo buscamos, a las presas disponibles y al carácter del propio pez, que puede variar de un día a otro. Es por ello que dejar volar la imaginación y probar recogidas distintas constantemente, hará más probable dar con la tecla.
- Vinilos (plomados y sin plomar)
Por efectividad y facilidad de movimiento, el siguiente tipo de señuelos a tener en cuenta, deben ser los vinilos. Los llamamos así aunque pueden estar fabricados de distintos materiales. La tecnología avanza y cada vez hay más variedad, en ese aspecto, e incluso en el modo de fabricación, en el mercado; ya sea para conseguir distintas densidades, y por ende, movimientos. En algunos casos tenemos materiales con sabor y olor para más atracción.
Este tipo de señuelos blandos, a diferencia de la mayoría de los rígidos, nos permiten distintos tipos de montajes; y es que, generalmente tendremos que añadirles algún tipo de peso y anzuelo/s. Vamos a ver algunos de los más básicos:
- Cabeza plomada
El montaje más típico para los vinilos. Un anzuelo con la tija doblada unos 90º en su parte más cercana al ojal, donde se aloja un peso, generalmente de plomo. Se inserta el anzuelo en el vinilo, y ya tenemos un peso extra para poder lanzarlo y dejarlo profundizar a la capa de agua deseada.
Este montaje es especialmente efectivo para ir prospectando el fondo, dando pequeños tirones, que hacen que el señuelo vaya dando saltos.
En función de la forma de la cabeza y del vinilo, obtendremos distintos movimientos. Las cabezas redondas combinadas con vinilos tipo Shad serán montajes idóneos para moverlos cerca del fondo. Las cabezas en forma de punta de lanza con vinilos rectos, nos permiten hacer el conocido movimiento darting, que será más efectivo para depredadores algo más rápidos e incluso pelágicos que naveguen a medias aguas.
- Texas
Se denomina montaje Texas por el tipo de anzuelo usado, estos anzuelos, también llamados off-set nos permiten dejar la punta prácticamente escondida en el vinilo, evitando así, indeseados enganchones con el fondo u obstáculos.
Podemos usar este montaje con plomo. Es un montaje que proviene del agua dulce, y ahí es típico usarlo con plomos tipo bala, en los cuales va insertado nuestro bajo de línea. Un montaje ideal, incluso más que el anterior, para “rascar” el fondo.
- Sin plomar
Usando los mismos anzuelos texas/off-set podemos usar el propio vinilo sin ningún tipo de peso extra. Obviamente tendremos el hándicap del lance. Pero lo que ganamos a cambio, es una naturalidad que no vamos a encontrar en prácticamente ningún otro señuelo. Tendremos una caída lenta en el momento que hagamos un parón, algo mucho más típico de un pez real.
En este caso, será recomendable usar equipos, y sobre todo líneas, finas para no vernos tan penalizados en la distancia a alcanzar.
Nos podemos aprovechar de la naturalidad de este montaje, para pescar en zonas de aguas especialmente limpias y/o a la hora de buscar peces muy recelosos, como las lubinas, en aguas calmadas. Aplicando recogidas de velocidad lenta o media, combinadas con pequeñas paradas, para que el señuelo no salga tan rápido hacia la superficie. Es especialmente importante centrarnos en esa velocidad de recogida si no queremos que el señuelo esté todo el tiempo en la superficie.
- Jigs
Los jigs metálicos son otro de los señuelos que mejor combinan la facilidad de uso y la efectividad. Con ellos tenemos gran polivalencia y capacidad de lance. Lo que nos permite usarlos en un abanico de zonas tan grande, que prácticamente nos obliga a llevarlos siempre en nuestra caja.
Por el contrario, tenemos justo lo opuesto a un vinilo sin plomar, y es que con estos señuelos no tenemos tanta naturalidad. A pesar de ello, la tecnología avanza y hoy en día disponemos de jigs construidos con materiales como aleaciones de zinc (un metal menos denso que el plomo), que, junto con ciertas formas del señuelo, consiguen caídas más lentas, para recogidas a menor velocidad.
Gracias a la densidad de su material de construcción, con los jigs podemos obtener señuelos de tamaño pequeño con gran peso para pescar a grandes distancias de la costa (o si pescamos desde embarcación, poder lanzar a puntos concretos que no llegaríamos con otros señuelos, como pueden ser pajareras), sin necesidad de usar señuelos grandes.
En función de los peces que busquemos, podemos realizar distintas recogidas. Empezando por recoger el señuelo a gran velocidad, en una recogida lineal, buscando los depredadores más activos, hasta recogidas mucho más lentas, moviendo el señuelo por el fondo, con tirones para que vaya dando pequeños saltos. O incluso recogidas en diagonal, desde el fondo hasta nuestra posición, combinándolas con tirones, para otorgar al señuelo un movimiento irregular, que generalmente será más atractivo para los depredadores.
La polivalencia de estos señuelos puede ser un arma de doble filo, pues no tenemos una recogida concreta, que vaya a funcionar siempre mejor con estos señuelos. Aquí también nos tocará probar y probar hasta obtener picada. ¡Es la gracia de este tipo de pesca!
- Señuelos de superficie
Dejo los señuelos de superficie en último lugar, a pesar de ser, posiblemente, los más divertidos para la mayoría porque, por lo general, requieren de algo más de técnica para su “correcto” uso. Pueden llegar a generar frustración al no conseguir capturas. Y es que cuando pescamos en superficie, dependiendo de la zona, vamos a cerrar una parte del abanico de especies que podemos capturar; esto se debe a que puede haber peces que no estén dispuestos a subir a la superficie a atacar, ya sea porque son peces demersales, como los meros, o porque el señuelo no les incite lo suficiente como para hacer el esfuerzo de subir a por él.
Dicho esto, pueden ser los señuelos que nos den más alegrías en el aspecto visual, pues con ellos, tendremos contacto directo todo el tiempo con nuestro señuelo a través de nuestra visión, no solo con el tacto, como pasa con otros. Presenciar el ataque de un gran pez a un popper o un paseante es algo que queda grabado en la retina.
- Poppers
Los poppers son de los señuelos de superficie más antiguos y conocidos. Les caracteriza una cabeza con la parte frontal plana o cóncava, que sirve para que en cada tirón que le demos, mueva agua y/o cree burbujas. Algo que puede atraer a depredadores activos en busca de comida.
Ésta será la forma de moverlos, tirones y pausas, para que vaya creando alboroto en la superficie. Los ataques suelen ser fulminantes, pero si en algún momento conseguimos ver al depredador siguiendo el señuelo, podemos pasar a hacer cambios de ritmo para incitar a que muerda nuestro señuelo; ya sea acelerando o ralentizando la recogida y la cadencia de los tirones.
- Paseantes
Los paseantes son, probablemente, el tipo de señuelo más técnico a usar, si queremos darle un movimiento “perfecto”. Estos señuelos están creados para describir un zigzag sobre la superficie. Y esto se consigue a base de tirones y paradas en las que se tiene que destensar la línea, lo justo para que el señuelo pueda deslizarse hacia el lado contrario al que lo hizo en el anterior tirón, de forma que todo el recorrido hacia nosotros, lo haga describiendo esas Z en la superficie. Deberemos encontrar la relación correcta entre velocidad de recogida del carrete y tirones con la caña para conseguir ese movimiento.
Suena algo complicado, pero en cuanto tengamos algo de pericia con nuestro equipo, no nos va a resultar tan raro imprimir un buen movimiento a cualquier paseante.
Son de los señuelos de superficie más sutiles y efectivos.
- Skipping lures
Son los señuelos de superficie más fáciles de utilizar con diferencia. Una recogida lineal a alta velocidad conseguirá desarrollar su acción.
No hay muchos modelos en el mercado, probablemente porque no son los más efectivos, pues con ellos buscamos peces muy activos y/o agresivos. Peces a los que hay que incitar con recogidas rápidas y señuelos escandalosos dando saltos por la superficie.
- Paseantes hundidos
Creo que este tipo de muestras merecen un apartado a parte, pues no son de superficie, no son jigs por el material de construcción, no son minnows, pues carecen de babero y no son vinilos porque son rígidos.
Al no verlos en el agua, por su hundimiento, nos pueden resultar de los más difíciles de mover de la forma supuestamente correcta. Que sería como los de superficie, describiendo el característico zigzag de los paseantes, pero bajo el agua.
La buena noticia es que no es estrictamente necesario que describan ese movimiento en el agua para pescar con ellos. Estamos ante otro tipo de señuelo que nos permite una gran variedad de recogidas distintas. Podríamos decir que combinan varias cosas buenas de otros tipos de señuelos. Debido a su densidad, son buenos lanzadores, pero no tienen una caída que pueda ser antinatural como la de un jig. Además, podemos moverlos en prácticamente cualquier capa de agua, pues podemos dejarlos hundir hasta donde queramos.
Dependiendo del modelo, podemos usarlos tanto en zonas de poca profundidad, como en zonas donde un señuelo de superficie tendría poco sentido, por la distancia entre la superficie y el fondo. Eso, entre otros aspectos como la variedad de densidades, pesos y tamaños que encontramos para estos señuelos, hace que nos sirvan para cualquier especie de depredador que habite nuestras aguas.
El único y gran hándicap de estos señuelos, es que son relativamente fáciles de enrocar, pues se hunden y suelen venir montados con dos anzuelos triples. Algo que podemos subsanar sustituyendo los triples por simples.
Conclusión
Personalmente me apasiona probar distintos señuelos, creo que eso nos hace evolucionar y encontrar nuevas formas de pescar dentro de la pesca con señuelos. Pero al empezar, con uno o dos señuelos de cada tipo, de los que hemos visto en este artículo, tendríamos de sobra para empezar a construir nuestras propias conjeturas en base a la zona donde pescamos y a sus peces; y a partir de ahí, entender mejor lo que nos va a funcionar incluso antes de comprarlos. Aunque las sorpresas, en este tipo de pesca, siempre pueden ocurrir.