Cada día son más populares las nuevas modalidades de pesca, el eging en concreto se está convirtiendo en una pasión para muchos pescadores, desencantados por la falta de capturas y lo costoso de otras modalidades. El Cantábrico es famoso por sus «Txipis», las crías de calamar, donde es toda una tradición su pesca. En Andalucía a pesar de estar ridículamente prohibido, es una auténtica pasión la pesca de cefalópodos. En la costa mediterránea hay mucha, mucha afición, tanto desde Kayak como desde tierra, la tinta en general envenena la sangre del que la prueba y una vez envenenado, engancha más que una droga. En Canarias el eging aún es una modalidad casi desconocida, en la isla de Gran Canaria hay un crecimiento importante y populares tiendas como Fishobby están ayudando a ello trayendo gran cantidad de material para la pesca de cefalópodos, éso y cómo no, los enormes chocos o sepias de más de un kilo que se pueden encontrar en sus aguas junto a los calamares también de buen tamaño que todos los años ofrecen una alternativa a pescadores de todos los niveles y edades, que lejos de competir, disfrutan de sus capturas.
En la provincia de Tenerife el eging es prácticamente un desconocido, poco a poco tiendas como El Gurú del Pescador, Estanco Blanca Pesca, El Cardumen o Extreme Export, están apostando por esta nueva forma de pesca que se encuentra en pleno auge. Tan desconocido es que en una jornada de pesca es bastante difícil ver a alguien con una caña de eging y aunque si muchos pescadores tienen “pajaritos” en sus cajas de pesca, la técnica y el equipo específico es prácticamente imposible de ver. El otro día un conocido me saludo a pesar de no vernos a causa de las restricciones desde hace tiempo y de llevar yo gorra, gafas polarizadas y mascarilla… “eres el único con todo eso colgado” decía refiriéndose a los pajaritos que colgaban de mi cinto en sus Karabiner.
Esto convierte a la isla de Tenerife en el actual paraíso de la pesca a eging. Con pesqueros de todo tipo desde los que se puede lanzar a fondos arenosos, de piedra o mixtos desde los 3-5 metros hasta los 30-40 metros de fondo, si sumamos esta amplia variedad de spots a la casi nula presión de pesca, encontramos la conjunción perfecta, el perfecto alineamiento de astros.
Desde Garachico a Mesa del Mar, desde Santa Cruz a Adeje, prácticamente toda la isla es perfecta para pescar eging. Pulpos, chocos que es como se llama aquí a las sepias y cómo no, calamares que en determinados lugares se pueden pescar todo el año, ayudan a que poco a poco muchos pescadores estén sumándose a la fiebre de la tinta.
Grandes colaboradores de esta revista que además son grandes comunicadores como es el caso de Joseba Ruiz de @Muchatintamola o Joan Torre de @Joanspinnink, ellos han creado una ingente cantidad de contenido en las redes sociales, aportando grandes experiencias y muchísima técnica con grandes consejos para aquellos que se están iniciando y también, para los que ya tenemos mucha ropa manchada y empezamos a ver luces ultravioletas.
Las sensaciones en las diferentes modalidades de pesca son muy diferentes, es verdad que todas o casi todas tienen algo en común, la lucha, salvo quizá la pesca submarina que tiene más de caza que de pesca, pero eso es otra historia para comentar en otro momento. Es verdad que en el eging la lucha es más bien escasa, ya que estos animales apenas cabecean y esto hace que muchos opinen que es aburrida, pero los cefalópodos no dejan por ello de ser grandes depredadores y su actitud y reacciones compensan con mucho este aspecto. Como en cualquier otra modalidad de pesca de depredadores con artificiales, resulta apasionante buscarlos, lanzar entre las rocas y buscar sus zonas de caza, tentarles con una correcta presentación, con un señuelo a la altura de la especie, porque no, no todos los pajaritos funcionan del mismo modo, los calamares necesitan una navegación, un tipo de caída, los enganches siempre en el morro, mientras que los chocos necesitan una rápida profundización y que se mantengan más tiempos estáticos y a ser posible con los enganches en la cabeza no en el morro, ya que pocas veces pescarán a medias aguas. Los pulpos necesitan colores más llamativos y movimientos más pausados pero continuos. Del mismo modo, los calamares y chocos necesitan agujas cortas y afiladas, equipos ligeros para resistir una buena jornada de pesca,
mientras que los pulpos necesitan equipos más pesados y grandes con anzuelos mayores. Levantar un pulpo de varios kilos agarrado a las rocas con sus ocho tentáculos puede ser una labor imposible con una caña ligera de Eging, teniendo que pasar a equipos más similares a los empleados en el Jigging. Muchos son cada día los que se acercan a preguntar por esta modalidad, viendo incrédulos cómo se pescan especies que antes eran anecdóticas, porque sí, no es el primer pulpo ni el primer calamar que entra a un minow, o a un jig, pero no es lo habitual y ver cómo otro saca especies tan cotizadas como un cefalópodo con equipos y técnicas desconocidos abren la mente de muchos y les muestran que la pesca está en continua evolución y que lo único que hemos de hacer para ser buenos pescadores es no dejar de aprender y cuidar aquello que alimenta nuestra pasión: el Océano, que no es solo una extensión de “tierra” cubierta de agua, es todo un increíble conjunto de ecosistemas variadísimos a los que hemos de proteger y cuidar en la medida que nos sea posible a cada uno, por eso siempre hay que hablar de pesca responsable y del cuidado y limpieza de las zonas de pesca. Porque todos queremos a nuestros hijos y queremos cederles un planeta limpio y esta pasión sana y maravillosa que es la pesca.