Desde el momento en que el rockfishing es la modalidad más ligera de pesca con señuelos artificiales que podemos practicar, es también, por ende, la más técnica. Puede sonar algo contradictorio, pues al buscar peces pequeños, es fácil caer en la falacia de que va a ser todo más fácil de lo habitual. Y en ciertos aspectos, el rockfishing es más fácil que otras modalidades. Es más fácil tener picadas, por ejemplo, debido a que el objetivo es mucho más común que si buscamos peces grandes pero, no es menos cierto, que al pescador medio le llama más la atención capturar peces menos comunes; y ahí es cuando se empieza a complicar la cosa. 

A día de hoy se encuentran ya muchísimos tipos de señuelos en el mercado. Incluso dentro de cada categoría de señuelos (vinilos, jigs, señuelos de superficie, etc.) también hay distinciones entre los diversos modelos en función de su peso, tamaño, densidad y forma.

Es por ello que, conocer qué técnicas, movimientos y velocidades de recogida nos van a funcionar mejor para cada uno de ellos, será de vital importancia si lo que queremos es sacar el máximo provecho a cada una de nuestras “golosinas”.

Vamos a “diseccionar” y explicar los distintos movimientos o recogidas que, a la larga, nos van a reportar mejores resultados en función de las ya comentadas características de los señuelos. Divididos según las propias características de estos.

  • Vinilos

Vamos a empezar por los que, probablemente, son los señuelos más usados y polivalentes (tal vez una cosa es consecuencia de la otra), los vinilos armados con cabeza plomada como anzuelo; lo que a su vez es lo que les proporciona peso y densidad, para ser lanzados, y trabajados en distintas capas de agua.

La variedad de formas y densidades de los vinilos, unido al gran abanico de formas y pesos de cabezas plomadas que les podemos montar, hace que las combinaciones sean casi infinitas. Eso hace que podamos capturar con ellos, literalmente, cualquier pez, en cualquier capa de agua, en cualquier entorno o escenario. Debido a esa gran variedad, vamos a tratar de dividirlos, a grandes rasgos, según su forma, y por lo tanto, el tipo de recogida que nos vaya a ser más productivo, al menos en la teoría.

Darting

El montaje/técnica que me ha resultado más efectivo en los últimos años ha sido el darting, que requiere de unas cabezas plomadas y vinilos específicos, a la par que una recogida que haga “bailar” el señuelo de la forma para la que ha sido concebido. 

Se trata de cabezas en forma de punta, algunas con ángulos y vértices muy bien estudiados para conseguir el movimiento darting con más facilidad. A la cabeza plomada, debe acompañarle un vinilo propicio para la técnica. Generalmente serán alargados y con la cola recta, eso hace que no frene el movimiento por hidrodinámica. 

Lo descrito es la parte material que necesitamos, pero de nada servirá si no lo acompañamos con la recogida adecuada. Esta deberá ser a base de “tirones” con la caña, toques de puntera hacia arriba o hacia los lados que muevan el señuelo rápidamente durante unos centímetros para, posteriormente, dejar caer, por su propia densidad, el señuelo hacia el fondo por el tiempo que creamos oportuno. Esto hará que el conjunto, por su hidrodinámica, se mueva hacia arriba y hacia un lado, para después caer y volver a arrancar, con el siguiente tirón, hacia el otro lado. Resumiendo, el movimiento que describe el señuelo es una sucesión de semicírculos, de lado a lado, lo que inquieta especialmente a los depredadores. Creo que la eficacia de esta técnica es la similitud que puede tener el señuelo con distintos organismos vivos, ya sea un pequeño camarón intentando huir, como un alevín moribundo y con movimiento errático.

*TIP: si damos los tirones hacia arriba, el vinilo subirá más rápidamente en la capa de agua, si damos los tirones hacia los lados, el señuelo subirá algo menos. Podemos jugar con ello en función de en qué capa de agua queramos que navegue.

Shad

Un clásico en el mundo de los señuelos blandos son los shad o paddletail. Este tipo de vinilos son algo más simples de utilizar que los de tipo darting por el hecho de que, con simplemente recogerlos, ya desarrollan su movimiento, que es el de vibrar en su parte trasera, debido a la hidrodinámica de la cola, que es el factor diferencial en este tipo de vinilos. 

Que su movimiento esté tan arraigado a su hidrodinámica, algo que no podemos cambiar, hace que nos limite en ciertos aspectos. No será un señuelo tan dinámico/nervioso como los de darting, que pueden hacer atacar a los peces por reacción. Pero eso tampoco implica que nos tengamos que centrar en recogidas lineales, pues si algo nos permiten los vinilos, en general, y también los shad, es jugar con nuestra imaginación a la hora de moverlos. Podemos, también con ellos, ir dando pequeños tirones con la caña, para imprimir un movimiento más irregular y, a veces, más atractivo para los peces. Mover estos señuelos cerca del fondo, dando pequeños saltos entre las rocas, suele ser especialmente efectivo.

Otros vinilos

La variedad sería inacabable en cuanto a señuelos blandos. Así que vamos a hablar de algunos de ellos y de cómo sacarles el máximo partido.

Existen muchos vinilos con formas naturales, por ejemplo, con forma de camarón, de cangrejo, de gusano, etc. En estos casos, personalmente, opto por intentar montarlos de tal forma que pueda moverlos imitando, de la manera más precisa posible al animal en el que están basados. En el caso de las imitaciones de camarón, me gusta especialmente montarlas con cabezas de darting, creo que ese movimiento a “empujones” consigue asemejarse sobremanera al movimiento real del crustáceo. 

En el caso de cangrejos o gusanos opto por llevarlos a ras de fondo, también intentando imitar su movimiento natural, además de usarlos en el área en la que se desenvuelven habitualmente. 

Los vinilos de ajing (pesca de jurel con señuelos) también me han dado resultados muy positivos. En el caso de buscar jureles, y para lo que están diseñados este tipo de señuelos, es para pescar en la caída, o sea, para que el jurel engulla el señuelo mientras está cayendo. Pero eso no implica que no podamos usarlos de otras formas, con recogidas cerca del fondo, por ejemplo, ya que suelen ser vinilos de forma alargada que imitan algo parecido a un gusano.

  • Señuelos rígidos

Tenemos un punto muy diferenciador en cuanto a los señuelos blandos respecto a los duros, y es que los segundos, ven su movimiento y acción mucho más condicionados por su forma. Esto implica que nosotros deberemos adaptarnos a ellos a la hora de moverlos, mucho más que en el caso de los vinilos.

Podemos dividir los señuelos rígidos de forma básica por su forma y densidad, que será lo que marcará cómo y dónde se desarrollará su acción. Por lo tanto, conocer bien esos dos parámetros, será de los más interesante para saber si nos funcionará el señuelo para lo que nosotros necesitemos.

A veces necesitaremos alcanzar distancia, otras un movimiento muy natural, otras llegar a “X” profundidad o, simplemente, que el señuelo se mueva cerca de la superficie. Todo ello nos condiciona a la hora de elegir, así que vamos a ver qué tipos de señuelos, a grandes rasgos, podemos encontrar y cómo utilizarlos.

Superficie

Empezando por la capa más superficial, nos encontramos, básicamente con poppers y paseantes. Son señuelos típicos también del spinning, que en el caso de querer usarlos para rockfishing, tendremos que decantarnos, necesariamente, por los modelos más pequeños. Generalmente diseñados para la pesca del mebaru o el chinu/kurodai, en Japón, los pequeños señuelos de superficie nos servirán para peces pelágicos, como pequeños palometones, serviolas o lubinas, entre otros muchos peces susceptibles a atacar estos señuelos.

Podemos llegar a recogerlos de formas parecidas, tanto poppers como paseantes, pero los primeros están más bien pensados para generar pequeñas explosiones en la superficie y llamar la atención de los depredadores más activos desde cierta distancia, con lo que una recogida con toques de puntera va a ser especialmente efectiva. En el caso de los paseantes, también vamos a moverlos a base de toques de puntera, pero en este caso, será de vital importancia dar con la cadencia exacta de esos pequeños tirones, en relación a la velocidad de recogida que empleemos en ese momento, para conseguir que el señuelo vaya de lado a lado, describiendo un zig-zag en la superficie.

Minnows

Si bajamos un poco en la capa de agua nos encontramos con un tipo de señuelos tremendamente efectivos, los minnows. Su característica principal es el “babero” que tienen en la parte baja de su cara. Esto hace que al recogerlos adquieran cierto contoneo, pivotando sobre su eje vertical, e incluso, dependiendo del modelo, también sobre su eje horizontal.

En este caso, no es necesario ninguna habilidad especial por nuestra parte a la hora de moverlos, simplemente con recogerlos ya conseguimos que desarrollen su acción aunque, personalmente, me gusta combinar la recogida lineal con el carrete con toques de puntera para darles cierta irregularidad en la natación lo que puede simular un pequeño pez herido, con dificultades para moverse. Esto atrae más aún a los depredadores al detectar una presa, supuestamente fácil.

Tenemos versiones flotantes y hundidas, las dos igual de válidas, cada una con sus pros y contras. Llevar variedad en mi caja de señuelos es clave para tener más posibilidades de dar con la tecla en cada salida.

Paseantes hundidos

El señuelo rígido más polivalente para mis aguas, y probablemente en cualquier parte del mundo, es el paseante hundido. Al igual que los de superficie, ofrece un movimiento de zig-zag al recogerlo a tirones, con la cadencia adecuada. Pero además, en este caso, podemos trabajarlo prácticamente en cualquier capa de agua. Podemos dejarlo hundir y recogerlo desde la profundidad, o bien mantenerlo más cerca de la superficie si las circunstancias lo requieren.

Una de sus grandes ventajas, es que debido a la densidad (obviamente va a ser mayor que la de sus congéneres flotantes) y a su hidrodinámica, y por ende, aerodinámica, es la alta capacidad de alcanzar grandes distancias. Eso nos permite tener un señuelo muy lanzador, a la par que natural. 

Jigs

Finalmente, y aunque tampoco están limitados a ello, los jigs son los señuelos que podremos mover más fácilmente en capas de agua más profundas. No hace falta decir que es debido a su densidad (algo que incluso podemos aumentar si nos vamos a jigs construidos en tungsteno). Son señuelos que uso cuando quiero alcanzar la máxima distancia posible y cuando quiero pescar por el fondo, o llegar a él, rápidamente. 

También son señuelos muy polivalentes, como pasaba con los paseantes hundidos, pero en este caso, los movimientos que desarrollan son más rápidos y eléctricos, lo que produce que, si necesitamos de movimientos naturales, sea más difícil de conseguir con estos señuelos.

Por sus características, las posibilidades en cuanto a movimientos y recogidas son extremadamente amplias. Podemos llevarlos por el fondo dando pequeños saltos, podemos mantenerlos a medias aguas buscando peces pelágicos o peces de fondo dispuestos a subir un poco a por ellos, o podemos, en función de la forma que tengan, llevarlos a ras de superficie para atraer a peces rápidos en su forma de cazar.

Otros señuelos

Hay un sinfín más de tipos de señuelos, añadiría alguno como los rubber jigs, que imitan pequeños cefalópodo. Creo que pueden imitar una medusa, pues he capturado peces como las chopas con este tipo de señuelos que son peces adeptos a comer ese tipo de invertebrados.

También los “vibrátiles” ocupan, a día de hoy, un espacio en mi caja de señuelos. Éstos están construidos básicamente en una plancha metálica a la que se le agrega peso mediante otro metal más denso como el plomo. Esto, unido a que va atado a nuestra línea por el lomo, hace que en recogidas lineales el señuelo vibre rápidamente atrayendo los peces en base a destellos, o incluso por la propia vibración, que los peces pueden detectar desde cierta distancia gracias a su línea lateral.

  • Conclusión

Para mí lo importante es tener variedad de señuelos ya que si algo tiene el rockfishing es la posibilidad de capturar un gran abanico de especies. Lo que nos obligará a tener distintos señuelos, con distintas acciones, formas, tamaños y colores, si queremos poder adaptarnos a las circunstancias en cada momento y aprovechar al máximo las posibilidades de esta divertida modalidad de pesca.

Sam Bosch @lured_fisihing