El carpfishing es una modalidad de pesca deportiva que tiene como principal objetivo conseguir grandes ejemplares, especialmente de la carpa, aunque actualmente, también sean otras especies; como el barbo, esturión, siluro, etc. 

Una de las cosas que más destaca en esta pesca es el bienestar del animal, que nunca implique su muerte. Desde que éste es capturado, evitando antes que no sufra daños, deberá de ser devuelto al agua con la mayor brevedad posible, y será tratado siempre con el mayor cuidado y curado antes de volver; lo que nosotros llamamos “captura, cura y suelta”.

Es una pesca compleja, aunque para quien la desconoce pueda ser solo una pesca de fondo, requiere mucho tiempo, constancia y aprendizaje. 

A mí, personalmente, es lo que me llamó la atención desde el principio. Que no hubiera una monotonía, que cada escenario, cada técnica, cada picada o cada día fuera diferente. 

UN DÍA DE CARPFISHING CUALQUIERA

Antes de que llegue el día de ir a pescar, ya estás dándole vueltas. Piensas en qué cebos vas a llevar, los montajes que vas a utilizar, incluso los dejas ya listos. 

Miras la aplicación del tiempo, nuestra “gran aliada”. La que nos va ayudar a guiarnos un poco sobre cómo van a actuar los peces. La temperatura, las lluvias, e incluso las presiones pueden decirnos de un manera indirecta cómo puede ser la actividad.

Una vez ya tienes idea de que técnicas vas a utilizar, comienzas a preparar los materiales, que no son pocos comparados con otras modalidades. En esta pesca necesitas varias cañas, con sus carretes, sus alarmas y algo donde colocarlas, como un trípode o una pica ya que es una pesca lenta, requiere tiempo para llamar la atención de los peces. Lo que también quiere decir que nosotros vamos a estar a pie de orilla muchas horas, y con suerte días, por lo que vamos a necesitar ciertas comodidades, como una silla, una cama con su saco para pasar las frías noches e incluso un refugio.

Otra de las cosas más importantes es saber cómo vas a preparar la zona de pesca, de qué manera vas a llamar la atención de los peces, cómo vas a cebar. Esto es muy interesante saberlo ya que los materiales que vamos a utilizar no siempre son los mismos. Hay que tener en cuenta si vamos a poder cebar desde la orilla a mano con un cohete o vamos a poder utilizar un barco cebador o incluso meternos al agua con una barca.

Para realizar un buen cebado y colocar bien nuestras posturas es muy importante saber dónde las estamos dejando. Para ello es recomendable utilizar algo que te pueda guiar con lo que nos podemos encontrar debajo del agua. Existen varias opciones como puede ser la sonda; la que nos va a ayudar a ver por debajo de la superficie gracias a una imagen, que nos va a representar estructuras como puedan ser árboles submarinos, rocas o cualquier obstáculo que pueda dificultar sacar el pez. También nos va a dar información sobre en qué tipo de suelo vamos a dejar nuestra postura, si nos vamos a encontrar un suelo blando, duro o con vegetación.

Sabiendo sobre qué vamos a pescar, es hora de decidir qué tipo de montajes y con qué tipo de cebos vamos a contar, EL GRAN DILEMA. Si estos van a estar completamente en el fondo o vamos a tener que levantarlos un poco para llamar más la atención ya que hay suelos en los que pueden pasar más desapercibidos.

Para esto nos ayudaremos de cebos flotantes o nos las ingeniaremos para ver de qué forma podemos hacer que floten y que lo hagan de la manera que nosotros queremos comprobando siempre que ésta quede perfecta en el agua.

Uno de nuestros imprescindibles, y por algo lo llaman pesca de fondo, es nuestro plomo, muy importante saber cuál vamos a elegir para que nuestra postura quede perfecta, donde nosotros queremos, por eso dependerá de el peso y la forma, teniendo en cuenta si vamos a lanzar, el tipo de corriente que va a tener el agua o, incluso, si los peces están comiendo bien o no. 

Con todo ya planteado nos toca preparar las cañas. Colocaremos nuestro carretes, comprobando siempre que el hilo esté intacto para que no vayamos a tener ningún tipo de problema a la hora de sacar el pez, para que éste no se rompa y pueda llevárselo enganchado con él.

Pondremos el montaje con el cebo y es hora de dejar la caña en su sitio, ¡al agua!. Hilo tenso, alarmas encendidas y ahora toca esperar a que todo lo que hemos estado preparando dé resultados.

Es momento de relajarse y disfrutar del entorno… ¿a qué pescador no le gusta disfrutar de lo que le rodea? Los árboles, los pájaros, el agua calmada, el atardecer y, sobre todo, esa calma que se queda en el ambiente esperando a que se rompa con alguna picada.

Pronto esa tranquilidad se convertirá en nervios, ya que tras muchas horas de espera puede que nunca llegue el sonido de una alarma. Empezarás a pensar en qué ha podido salir mal, en qué te has podido equivocar o qué ha podido fallar ese día en el que al final te fuiste de bolo a casa. Pero esto es la pesca, nunca sabes con qué te podrás encontrar y por eso… VOLVERÁS CON MÁS GANAS.

Ángela García @angii.gt