“Pescar peces es algo que no tengo en la agenda cuando voy a pescar. Estoy mucho más interesado en saborear el día y explorar la vida salvaje del río”. 

Fennel Hudson 

Gran frase la de este escritor inglés con mucho razonamiento y pasión. Cuando un pescador piensa en Pirineos sueña con preciosos salmónidos. Pero hay mucho más: Piedra, agua, riscos, barrancos, valles, bosques… todo forma parte de un gran cuadro en la alta montaña y ahí el pescador es, simplemente, un invitado.

Porque ahí, la pesca va mucho más allá. Subir a ciertas zonas será una gran aventura. ¿Accesible a todo el mundo? Desde luego que no, pues aunque encontramos tramos de ríos a los que se llega en coche, o senderos que en apenas 15 minutos nos acercan a un lago, por lo general, y más para saborear el auténtico Pirineo, el pescador debe estar en buena forma física, saber orientarse en la alta montaña y respetarla.

Y si somos capaces de no presionarnos y angustiarnos si los resultados en cuanto a peces no son los esperados, disfrutaremos totalmente de la naturaleza y seremos uno más dentro de ese gran cuadro. Ese influjo de fauna salvaje, truchas y salvelinos, pequeños y bravos ríos cristalinos y lagos perdidos, puede crear en el pescador verdadero enamoramiento, pura pasión. Ése es mi caso.

La aventura comienza en casa

Cuanto más aislada y difícil sea la zona en la que vamos a pescar, más trabajo de preparación previa requiere. Y en la actualidad lo tenemos bien fácil. Por desgracia, a la historia parecen haber pasado los mapas de montaña y ahora podemos preparar nuestra aventura con un clic en Google Maps. No es tan bonito pero es rápido y sencillo. Ahí podremos averiguar los ríos y lagos que queremos pescar y su acceso. Aun así yo siempre recomendaré seguir llevando un buen mapa. En nuestro equipo al margen de todo lo necesario para una jornada en alta montaña, el móvil será obligado (por aquello de una emergencia) pero aún hay muchas zonas sin cobertura en Pirineos y un mapa puede hasta salvarnos la vida…literalmente. También deberemos consultar la normativa anual de la zona a pescar para evitar sorpresas y disgustos innecesarios en forma de multas. Todo este preparativo previo aporta mucha emoción a la aventura.

Aligerando equipo

A no ser que vayamos a pasar varios días en un mismo spot y claro está, deberemos llevar una gran mochila y bastante carga, intentaremos aligerar peso en todo el equipo para poder pescar de una manera más dinámica. Una mochila pequeña donde entre nuestro equipo audiovisual (con una simple cámara de acción y un buen móvil ya se pueden hacer buenas fotos y vídeos), un forro polar, un chubasquero, agua y comida.

En cuanto a los señuelos, en estas zonas no hace falta llevar multitud de cajas repletas de lures. Bastará con una pequeña caja, de doble cara, por ejemplo, (reversible) donde preferiblemente llevaremos señuelos duros tipo minnow. Serán de entre 5 y 8 centímetros, tanto flotantes, hundidos y suspendidos. Cada cual siempre tiene su momento. Algunos pequeños vinilos tipo slug suelen dar grandes resultados en estas aguas y los más nostálgicos podrán echar mano siempre de sus socorridas cucharillas.

No es necesario llevar gran cantidad de señuelos por un simple hecho: en aguas tan frías y donde la vida para todos los peces del lago es bastante difícil… los salmónidos no suelen rechazar un señuelo a poco que se lo presentemos adecuadamente. Esto es, hacer poco ruido mientras pescamos las orillas, no dejarse ver y utilizar bajos de línea de fluorocarbono. 

Ríos, lagos y peces

En alta montaña podemos encontrar gran variedad de salmónidos. Todo dependerá de cada cuenca hidrográfica y si ha habido introgresión genética con repoblaciones. La trucha autóctona en estado salvaje debería ser la principal moradora de ríos y lagos y aunque en las zonas más aisladas y, por tanto, menos pescadas, sigue siendo la reina, en muchas otras zonas es la fario de origen atlántico la más común. Y no suele ser porque la naturaleza así lo desee.

La mano del hombre con sus repoblaciones de trucha atlántica tiene la culpa. Un pez más fácil de criar en cautividad y el preferido para las repoblaciones actualmente. Pero no debemos preocuparnos en exceso por encontrar peces recién repoblados pues en la alta montaña pirenaica ya no se repuebla como años atrás se hacía y autóctonas o atlánticas, todas ya son salvajes. Peces bellos, inteligentes y batalladores para alegría del pescador.

Luego encontramos en algunos ríos y lagos más puntuales al salvelino (salvelinus fontinalis), un precioso salmónido originario de Norte América, que se ha adaptado a ciertos lugares de aguas muy frías que el pescador suele guardar con celo. Es un pez más confiado y agresivo que la trucha, el cual incluso suele atacar pequeños poppers en superficie. Eso el pescador lo valora y, por ello, lo cuida con celo allá donde lo encuentra pues hay pocos peces más bonitos que el salvelino.

No alcanzan los grandes tamaños de sus zonas de origen pero tampoco es imposible toparse con ejemplares que rondan los dos kilos. La arcoiris sería la última invitada. Cada vez menos habitual pues las últimas repoblaciones en estas aguas ya no fueron con este pez. Aun así algunos supervivientes encontramos (y obviamente ya son peces salvajes) la prole de antiguos individuos que lograron reproducirse y que, ya, en nada se parecen a sus antecesores, siendo éstos tremendamente bellos y listos ante los señuelos del pescador. 

Cualquier río por poca agua que lleve y los innumerables lagos pueden albergar peces. Aunque claro está, en algunas zonas hay mejores poblaciones que en otras. Desde el agreste Pirineo aragonés, pasando por Andorra y la parte catalana hay infinidad de lugares para perderse. ¡Y sin contar con la preciosa vertiente francesa!

El pescador deberá buscar información para decidir a donde lanzará sus señuelos pero siempre es bonito ir un poco a la aventura e investigar lagos o tramos de río perdidos sin la fama de otros, pero quién sabe, quizá con muchas sorpresas. Estas zonas son las ideales para dejarse llevar y pescar en soledad, con calma, simplemente saboreando cada lance pensando que somos unos privilegiados por estar ahí. 

Estrategias de pesca

Mi estrategia de pesca aquí es clara. Los ríos son sencillos de pescar. Simplemente hay que recorrer muchos kilómetros y tocar todas las posturas posibles para encontrar peces activos. Una pesca rápida con la que ganaremos una técnica increíble pues hay que meter pequeños minnows hundidos de apenas 4 o 5 centímetros en lugares a veces complicados pero si un pez cazando lo ve… el ataque será fulminante.

En lago la cosa se complica algo más pues son peces más presionados en algunas zonas y no tan confiados ni cuando están comiendo. Aguas como un plato y extremadamente cristalinas complican mucho la pesca. El amanecer y atardecer son los mejores momentos para buscar los salmónidos más grandes con minnows de 7 y 8 centímetros. Preferiblemente hundidos pues nos permiten tocar todo tipo de fondos aunque si abundan las zonas más someras podremos optar por los suspendidos.

Una vez el sol se levanta pescaremos las orillas a pez visto con jerkbaits suspendidos variando la talla al tamaño de los peces. Una técnica bonita divertida y efectiva, pues con unas buenas gafas polarizadas poder ver peces, lanzarles con sigilo el señuelo y ver sus reacciones, no tiene precio. Y si comenzamos a ver cebadas en superficie cambiaremos de registro. Generalmente, en esos momentos suelen ser peces algo más pequeños y podemos pasarlo muy bien con equipos ultraligeros lanzando pequeños poppers de apenas 5 centímetros, minnows flotantes o slugs de vinilos montados con un simple Texas sin plomar. Colores siempre naturales, imitando truchas o foxinos (pequeños ciprínidos que habitan los lagos). Pero nunca hay que dudar en probar con blancos u otros más llamativos en días nublados o en horas de escasa luz. Truchas y salvelinos son terriblemente agresivos y no siempre atacan por hambre y gustan de cuidar sus territorios de caza…

Este es mi modus operandi en estas aguas pero siempre podemos variar pues no todas las jornadas son iguales y cada zona puede tener sus particularidades. 

Siempre digo lo mismo. Sube, lanza y si no pican… pausa, respira y saborea el Pirineo.

Texto y fotos: Toni Martínez Cardenete @toni_master_pesca

www.masterpescablog.wordpress.com